Cuidar nuestro cerebro para liderar mejo y trabajar con eficacia

En el mundo empresarial, gran parte del éxito de una organización depende de la capacidad de su gente para resolver problemas, tomar decisiones inteligentes y adaptarse al cambio. Todo eso ocurre en un solo lugar: el cerebro. Y, sin embargo, pocas veces se habla del cerebro en las conversaciones corporativas, más allá del “rendimiento” o la “productividad”. El Día Mundial del Cerebro, que se conmemora cada 22 de julio, es una oportunidad para reflexionar sobre cómo las empresas pueden fomentar culturas organizacionales que no solo valoren el rendimiento cognitivo, sino que lo protejan, nutran y fortalezcan activamente.

El cerebro: un recurso estratégico

El cerebro humano es un órgano extraordinario, pero que consume más del 20% de nuestra energía diaria. En él ocurren todas nuestras funciones ejecutivas: concentración, memoria, creatividad, planificación, regulación emocional, toma de decisiones y pensamiento estratégico. Es decir, las habilidades que más valoran las empresas del siglo XXI. Por esto, es importante que entendamos que este órgano es vulnerable. Está altamente expuesto a factores como el estrés crónico, la falta de sueño, la sobreexposición digital y la multitarea constante. Todo esto genera fatiga mental, baja cognitiva y, a largo plazo, deterioro en la salud cerebral.

Un estudio realizado por la ACHS en colaboración con la UC (2023) reveló que el 45% de las y los trabajadores en Chile presenta síntomas de estrés moderado o severo, y un 27% manifiesta dificultades cognitivas asociadas al cansancio mental. Este tipo de desgaste no solo compromete la salud individual, sino también la eficiencia colectiva y la capacidad de una organización para innovar y adaptarse.

Cuidar tu cerebro es cuidar tu organización

En un entorno empresarial cada vez más basado en el conocimiento, el cuidado del cerebro debe ser una prioridad estratégica. Empresas que promueven el descanso cognitivo, la Salud Mental y los hábitos neuroprotectores no solo disminuyen el ausentismo, sino que también aumentan el compromiso, la calidad del trabajo y la capacidad de resolución.

Iniciativas como pausas activas, jornadas con foco y desconexión digital, capacitación en neuroproductividad o diseño de espacios de trabajo que favorezcan la concentración ya no son beneficios opcionales, sino verdaderas inversiones en capital cognitivo.

¿Cómo pueden las empresas proteger el cerebro de sus equipos?

1. Fomentar el descanso real, no solo físico, sino mental
Reducir las reuniones innecesarias, promover el uso responsable del correo electrónico y permitir espacios sin interrupciones favorece el descanso del sistema nervioso central. El “descanso cerebral” es esencial para la consolidación de la memoria y el pensamiento creativo.

2. Promover el sueño como activo empresarial
Dormir bien no es solo un asunto personal: es una herramienta de productividad. Estudios muestran que dormir menos de 6 horas por noche impacta negativamente en la capacidad de análisis, el autocontrol y la innovación. Campañas internas de higiene del sueño pueden tener gran impacto en la salud organizacional.

3. Apostar por entornos que favorezcan la atención plena
La multitarea constante agota las funciones ejecutivas del cerebro. Capacitar a los equipos en foco sostenido, técnicas de mindfulness o trabajo en bloques puede mejorar significativamente el rendimiento cognitivo y reducir el agotamiento mental.

4. Incorporar pausas de recuperación durante la jornada
Los cerebros no están diseñados para funcionar 8 horas seguidas. Microdescansos cada 90 minutos mejoran la concentración, reducen errores y prolongan el rendimiento sin sobreexigencia.

5. Estimular la alimentación cerebral y el movimiento
Alimentos ricos en omega-3, antioxidantes y magnesio fortalecen la neuroplasticidad y reducen la inflamación. A su vez, moverse al menos 30 minutos al día mejora la oxigenación cerebral y favorece el estado de ánimo, la atención y la memoria.

En el contexto empresarial, cuidar el cerebro es mucho más que una cuestión de salud: es una decisión estratégica. Las organizaciones del futuro serán aquellas que comprendan que el rendimiento no se exige, se cultiva. Y que la claridad mental, la energía sostenida y la creatividad florecen solo cuando el cerebro está protegido y bien cuidado. En este Día del Cerebro, la invitación es clara: repensemos nuestras culturas laborales, no desde la exigencia, sino desde la neurociencia. Porque liderar mejor, trabajar con inteligencia y avanzar con propósito empieza por el cuidado del órgano que hace todo eso posible: el cerebro.

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