Especialistas lo están indicando principalmente para ansiedad, depresión y estrés postraumático. La mayor evidencia se centra en perros, según la cual el contacto con estos animales incrementa hormonas clave para mejorar el estado de ánimo y ayudaría a enfrentar mejor los síntomas.
 
															 
															 
															 
															 
															 
															 
															 
															 
															 
															 
								 
								 
								 
															